Reestructuración política: ¿el acto de venganza de Anutin antes de las elecciones en Tailandia?

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En Bangkok, el primer ministro Anutin aprobó una controvertida reorganización del Ministerio del Interior, criticada como un acto de venganza política.

In Bangkok genehmigte PM Anutin eine umstrittene Umstrukturierung im Innenministerium, kritisiert als politischer Racheakt.
En Bangkok, el primer ministro Anutin aprobó una controvertida reorganización del Ministerio del Interior, criticada como un acto de venganza política.

Reestructuración política: ¿el acto de venganza de Anutin antes de las elecciones en Tailandia?

Actualmente, la situación política en Tailandia no es nada estable. El Primer Ministro Anutin Charnvirakul, que recientemente asumió el cargo después de un turbulento cambio de gobierno, enfrenta ahora duras críticas por una controvertida reorganización en el Ministerio del Interior. Este informe es por Correo de Bangkok acompañado integralmente.

Los cambios, que afectan a más de 45 altos funcionarios, incluidos varios gobernadores provinciales, están siendo criticados como un acto de venganza por parte del gobernante Partido Bhumjaithai (BJT) antes de las próximas elecciones. Los expertos y los políticos de la oposición coinciden: esta reestructuración no se considera una reforma necesaria, sino un juego político basado en el clientelismo. Pornamarin Promkerd, experto de la Universidad de Khon Kaen, describió las medidas como más motivadas políticamente que como una solución a problemas reales.

Un caos de responsabilidades en el Ministerio del Interior

¿Qué podría significar tal medida para el panorama político de Tailandia? Varios gobernadores nombrados recientemente por el antiguo partido Pheu Thai tendrán que cambiar de cargo en menos de dos semanas. Los críticos dicen que cambios tan frecuentes socavan la continuidad y la moral de los titulares. Thanet Charoenmuang, profesor de la Universidad de Chiang Mai, expresó su preocupación por las intenciones detrás de estas transferencias, que pretenden crear la impresión de que se están posicionando funcionarios leales en provincias clave antes de las elecciones.

Estas reestructuraciones se volvieron particularmente explosivas en la ciudad de Chiang Mai, que anteriormente se consideraba un bastión de Pheu Thai. El Partido Popular (PP), que perdió influencia en las últimas elecciones, ve cada vez más la agitación política como un campo de batalla. Los legisladores de Chiang Mai, Chiang Rai y Phuket criticaron duramente el reciente cambio de nombre, particularmente dada la actual crisis de neblina de PM2,5, que será difícil de manejar por un nuevo gobernador desconocido. Phetcharat Maichomphu, diputado de Chiang Mai, advierte que esto podría afectar a la eficiencia en la gestión de crisis.

La visión oficial del gobierno

Por otro lado, Phumtham Wechayachai, viceprimer ministro y ministro del Interior, intentó justificar la reestructuración. Alto Nación de Tailandia La acción no tiene motivaciones políticas, sino que forma parte de los esfuerzos para combatir los problemas de drogas y mejorar la eficiencia dentro de la administración. Aclaró que existe una lista de servidores públicos que no están teniendo el desempeño esperado y que el mal desempeño tendrá consecuencias independientemente de su afiliación política.

Hizo hincapié en la necesidad de juzgar a los oficiales por su desempeño y no por su lealtad. Phumtham precisó que su decisión también se basó en la experiencia en el manejo de desafíos regionales como las inundaciones y que las evaluaciones no deben limitarse a una sola región.

Esta reestructuración política es parte de un juego de ajedrez político más amplio que se desarrolló tras el derrocamiento de Paetongtarn Shinawatra. Esta destitución, tras la filtración de una llamada telefónica sobre la zona fronteriza asolada por el conflicto entre Tailandia y Camboya, ya ha sentado las bases para Anutin Charnvirakul, cuya elección como primer ministro demuestra ser otra señal de cambio en la política tailandesa. señala el Tagesspiegel.

El país ahora enfrenta desafíos antes de las nuevas elecciones del próximo año, ya que Anutin debe liderar un gobierno minoritario y competir por el apoyo de los parlamentarios. No parece que todavía se vislumbre un final para la agitación política.